domingo, 30 de diciembre de 2007

El valor de las personas.

Es difícil determinar cuanto vale una persona, ya sea como individuo de un grupo, como trabajador o como parte de una familia, es muy complicado realmente. Sin embargo es fácil darle un valor comparándolo con otros individuos que ejercen un rol similar dentro de un grupo similar, así pues, todos y cada uno de nosotros tenemos muy claro que no todos somos iguales, que cambiamos en aptitudes, pensamientos, principios, ideales,…
Ahora bien, ¿por qué es negativo creer que todos somos iguales? Porque ponemos a la misma altura a personas que están por debajo y las que están por arriba, así pues damos más de lo que se merecen a unos y quitamos a otros. ¿No sería más apropiado crear una sociedad donde todos estemos en el lugar que nos merecemos por nuestras capacidades? Sería lo más lógico hacer esto, sin embargo los políticos, los medios de comunicación y los grupos sociales más progresistas no paran de bombardearnos con ideas de igualdad y defienden la idea de que todos somos tenemos los mismos derechos.

Claramente aquí hay un problema de base, ese es la lástima. La lástima, la benevolencia y demás sentimientos humanos no son malos, pero se aplican en una idea que no tiene sustento y es que por el mero hecho de ser una persona, eres igual y mereces lo mismo que el resto de personas. Pero esto es erróneo ya que no se merecen lo mismo un vago que una persona trabajadora, no se merece lo mismo una persona poco inteligente que otra muy inteligente, ¿no se merecerá una persona trabajadora un puesto de trabajo decente?, o, ¿no se merecerá una persona inteligente un puesto de responsabilidad?, así pues, ¿no merece la pena darle a cada uno lo que se merece por sus aptitudes para que todo funcione mejor?

Claramente mucha gente puede estar de acuerdo con esto, sin embargo las críticas surgen cuando esta forma de pensar se aplica a gran escala, es decir, ¿todas las personas con Síndrome de Down merecen oportunidad alguna cuando el resto de población les supera con creces?, o, ¿es necesario que dejen entrar a población proveniente de Suramérica para trabajar aquí cuando sabemos que mayoritariamente tienen una cultura basada en la despreocupación, la fiesta, el alcohol, el sometimiento de la mujer y muchas otras características negativas desde el punto de vista de nuestra cultura, a sabiendas de que hay población autóctona española que está capacitada para los puestos de trabajo que estos inmigrantes ocupan?, claro, en este aspecto la gente se hecha las manos a la cabeza porque lo toma como un método radical e injusto, pero no es más injusto que la gente de aquí, europea, no consiga un trabajo digno, no tenga subvenciones del estado o pague sus impuestos sin recibir nada a cambio más allá de lo que reciben todos los demás.

Ahí dejo el problema, yo lo tengo muy claro y tan claro como que en el 2008 deseo que los gobernantes nos den lo que nos merecemos dejando atrás a todos aquellos que no tienen la capacidad o no tienen el talento.

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¡¡FELIZ AÑO 2008!!

lunes, 24 de diciembre de 2007

Un gran obstáculo: La subjetividad.

Antes de analizar unos aspectos de la subjetividad aplicada a la política y la sociedad quería comentar que en este artículo del blog no se podrá encontrar respuesta alguna o, al menos, muy pocas.

Soy adicto a analizar cuestiones poco tangibles o, en todo caso, difíciles de tratar porque contienen, lo que yo llamaría, un alto contenido humano y, por lo tanto, una alta variabilidad en cuanto a las posibles respuestas y opiniones de la gente en general. Y es este punto en concreto, la base de muchos problemas políticos y sociales lo que quiero tratar.

Todo aquel que haya leído este blog podrá sentenciar con ciertas garantías de acierto que se trata de un blog político defendiendo un tipo de ideal que se asemeja al fascismo. Pero es una opinión que, apropiada o inapropiada, no define ni desentrama lo que es un ideal, pensado por una persona, cuya magnitud es tan grande que es indescifrable, como todo concepto humano, que tiene tantos matices como una mente humana sea capaz de albergar y asociar al mismo. Por lo tanto, ¿podría cualquiera entender lo que en mi mente intento explicar como un ideal político?, me temo que no, puede intentar entenderlo de forma tal que se cree en su mente un esbozo de lo que contiene la mía, sin embargo, pese a una imagen difusa de lo que yo pienso o una nítida imagen de un concepto que se asemeja al mío, cada uno que lea este blog y opine sobre lo que aquí se explica no podrá llegar a entender todo lo que significa y creo que yo, personalmente, tampoco lo podré definir en todos sus aspectos de forma tal que este concepto en cabezas ajenas sea un calco del concepto que yo tengo. Y así, por mucho que pueda intentar dar datos u opiniones sobre el Culturalismo Social solo creará un montón de conceptos diferentes con el mismo nombre. Así pues, todos tendréis una idea subjetiva sobre lo que yo quiero decir, vuestra propia opinión sobre mi planteamiento.

Saliendo del laberinto de frases supuestamente estructuradas de forma lógica, ahora quisiera reflexionar sobre como afecta el subjetivismo en otros ideales políticos que han sido maltratados de sobremanera por las opiniones personales de la gente.

Muchos hablarán, por ejemplo, del comportamiento de la nación israelí en estos últimos años manteniendo una guerra sin cuartel contra el estado palestino, es lógico que muchos puedan criticar el comportamiento de la nación israelí (predominantemente judía) atacando a los palestinos y sin embargo los israelíes defienden su comportamiento como algo normal o como algo justo, pero ese es su punto de vista, porque no opinan de igual forma cuando a mediados del siglo XX la raza judía fue perseguida en Alemania y otros países colindantes por el gobierno Nacional Socialista de Adolf Hitler, pese a que las semejanzas en comportamientos podrían parecerse en varios aspectos. Pero cuál es la diferencia, la diferencia es un concepto de justicia personificado según a quien se aplique. Si bien se condena en el mundo entero lo sucedido durante el Nazismo en la Segunda Guerra Mundial, ¿cómo no sentenciar el comportamiento de Israel en la actualidad?, pues porque uno se considera injusto y el otro justo, pese a que el acto es similar para muchos. ¿Por qué no se quita hierro a lo sucedido en la Europa de la IIGM?, porque la gente desea recordarlo como algo atroz, desdeñando la duda de cómo sucedió o cuáles eran los motivos. Cuando un hecho es condenado de forma social sobra el juicio crítico o la reflexión, la subjetividad toma el poder sobre el juicio sentenciándolo todo y, de esta forma, creando una respuesta poco realista a un acto en concreto.

Así pues, como cada persona tiene su propia opinión y, además, está condenada a conocer la realidad a través de prismas, ya que no es capaz de saber los hechos de primera mano, está sentenciada a dar una opinión poco realista basada en datos subjetivos y en su propia mente plagada de sesgos. Por esto, la política, también está sentenciada a la subjetividad de los individuos, es tan fácil como determinar si los actos políticos de un gobernante son buenos o malos, por muchas encuestas que hagas, no encontrarás una respuesta unánime, porque se juzgan conceptos que varían en cada individuo.

Yo no creo que todos las personas seamos iguales ni que merezcamos los mismos derechos, pero la Carta de los Derechos Humanos no opina igual que yo, sin embargo el hijo de un millonario tiene derecho a vivir sin preocupaciones económicas, un inmigrante tiene derecho a un piso de protección oficial y yo no, pero tenemos todos los mismos derechos. Sin embargo una persona llegada de Suramérica tiene la tez morena, el pelo oscuro, una cultura totalmente diferente, unas costumbres totalmente distintas, unos estudios que difieren notablemente en calidad, y sin embargo esa persona es igual que yo. Pero, ¿cuál es la visión más realista, la de los Derechos Humanos o la mía?, son ambas subjetivas, ninguna da una respuesta realista, puesto que una tiene la tendencia de hacer que se trate a todos de la misma forma pese a sus diferencias y la otra opinión tiene la tendencia de mirar mis desgracia como un trato injusto respecto a otras personas.

Así pues puedes darle mil vueltas, decir que Hitler no era malo, que Lenin era un asesino, que los judios son un pueblo honorable, que todos tenemos derecho a vivir bien o que yo no puedo llegar a fin de mes porque el trato que recibo es injusto, y serán todos correctos y defendibles con argumentos subjetivos e igualmente rebatidos con argumentos subjetivos.

Por lo tanto, por todo lo anteriormente dicho, en la política no existirá una opción correcta ni incorrecta, pero eso si, lo que si creo es que no se puede hacer política para beneficiar a todos, pero si para beneficiar a la mayoría y en España son las personas nacionales, blancas, con los estudios mínimos, sin discapacidades y honradas, y para esta gente es para la que se tiene que destinar la política, por eso creo firmemente en mis ideales, no quiero maltratar a nadie con ellos, pero estoy seguro de que muchos no estarán satisfechos con estos pensamientos y me alegro de que así sea, porque así se sentencia que mis ideales no fracasarían intentando darle todo a todos y quedándose a medias sin terminar de ayudar a nadie.
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Disculpad si este artículo se os hace monótono o aburrido, es dificil hacerlo ameno tratando un tema tan subjetivo.

¡Y FELIZ NAVIDAD A TODOS!